jueves, 19 de julio de 2012

Respira, házlo como si pagaras por el aire. Ríe y llora como si lo fueras a hacer por una última vez.
Duerme, duerme tranquila. Yo seré el guardián de tus sueños. Estaré aqui cuando despiertes. Te sonreiré después de suicidarme con la amargura tus labios.
Besaré una vez más tu piel. Dormiré en tus diminutos pechos vírgenes tan llenos de luz y por la mañana me iré despacio, abandonaré nuestra posada y te odiaré después de amarte. Besame como si se fuera a acabar el mundo, como si el mañana no haya existido jamás. Solo así nos daremos cuenta si esto es puro e infinito como el mar.

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